La pasada semana se reivindicó desde Costa Rica y desde diferentes entidades, asociaciones y profesionales el papel del arbitraje iberoamericano a escala mundial.
Diferentes eventos organizados en San José nos brindaron la ocasión de debatir, entre los públicos implicados en el desarrollo y promoción del arbitraje, cuál es la posición del arbitraje iberoamericano y hacia dónde debemos ir.
En el VII Encuentro del Grupo Centroamericano y del Caribe de Arbitraje debatimos algunos de los temas que más nos preocupan a la comunidad arbitral hispanohablante.
Al margen de la celebración de la tercera Asamblea del Centro Iberoamericano de Arbitraje, CIAR, que tuvo como anfitrión al Colegio de Abogados y Abogadas de Costa Rica, o la mesa de trabajo sobre “Espacio Iberoamericano y Seguridad Jurídica“, que tan solo cito, allí también se celebró el VII Encuentro del Grupo Centroamericano y del Caribe de Arbitraje, conducido por el abogado Jorge Chacón, en el que debatimos, desde diferentes puntos de vista, algunos de los temas que más nos preocupan a la comunidad arbitral hispanohablante.
En el encuentro se trató la situación de la mujer y de los jóvenes en el arbitraje iberoamericano, el momento actual del arbitraje de inversión y su influencia sobre el arbitraje comercial o figuras como las medidas de emergencia en el arbitraje comercial internacional. Estos debates vinieron a sumarse a los ya acontecidos en las ediciones anteriores de este encuentro que busca, entre otros, una participación más activa de abogados y árbitros de Centroamérica en el plano internacional.
Reivindicar un mayor papel y protagonismo del arbitraje iberoamericano
Son muchos los compañeros que han clamado por una promoción del uso del arbitraje en la región, así como por iniciativas propias que eviten los costos de recurrir a instituciones alejadas de la cultura y costumbres iberoamericanas
Y volvemos a la idea que inicialmente ha dado lugar a esta entrada: reivindicar un mayor papel y protagonismo de Iberoamérica en el ámbito internacional del arbitraje comercial y de inversiones. Son muchos los compañeros que han tratado este tema y los que han clamado por una promoción del uso del arbitraje en la región, así como por iniciativas propias que eviten, entre otros, los grandes costos que supone recurrir a instituciones alejadas de la cultura y costumbres iberoamericanas.
Es cierto que nuestra región tiene un atractivo irresistible para los grandes centros de arbitraje internacional que, conocedores de ello, buscan un papel integrador entre las comunidades locales, lo cual es loable.
Aplaudo estos pasos y su desarrollo, así como las intenciones de acercarse culturalmente. Pero, como escribió la abogada costarricense Andrea Hulbert en una conocida red social en abril de 2015 en el artículo “El CIAR y Costa Rica como su Sede Presidencial“: “Iberoamérica creció y que éste es su tiempo de tomar decisiones y desarrollar su propia personalidad por medio de sus iniciativas (…)”.
En el caso del anterior artículo, Hulbert alababa la creación del CIAR, pero reflexionemos sobre nuestras expectativas, sobre la necesidad de reivindicación de los profesionales iberoamericanos del arbitraje que estamos llamados a integrar instituciones como ésta, que busca sumar en la región iberoamericana para ocupar una posición representativa en el ámbito mundial.