La transparencia se ha manifestado como un deber exigible en nuestra vida profesional y diaria. Un deber con el que debemos convivir a diario y asumir como natural en el desarrollo de nuestros negocios. Una característica transversal en nuestro buen hacer.
Hace unos meses, en una entrevista en un medio jurídico con motivo de la celebración del tercer Open de Arbitraje manifesté que la transparencia se ha instalado en el sector arbitral para quedarse, que es una necesidad y una exigencia ampliada a todo el sector jurídico, a todos los abogados, y que, por lo tanto, todos los cambios van en ese sentido y debemos contemplarla como un valor transversal de todas nuestras actividades y comunicaciones diarias.
Esta web y este blog son también un ejemplo de transparencia, abriendo un canal directo de comunicación con nuestros públicos, con las diversas comunidades a las que pueda interesar el arbitraje y la mediación, buscando sus comentarios, su interacción y el debate online (aunque sea más partidario del cara a cara).
Transparencia también significa:
- confianza y seguridad en nuestro equipo,
- en el cómo y en el por qué de nuestro trabajo diario,
- en un apoyo de la tecnología para el buen desarrollo y la buena consecución de los objetivos ligados a nuestra actividad profesional.
Es también comprometernos con un lenguaje accesible y real con nuestros públicos que nos ayude a construir una verdadera relación de confianza y seguridad en nuestras actividades diarias.
La transparencia no es una herramienta de márketing, debe de ser un “estado” y un canal para conocer a nuestros públicos
Transparencia también implica aportar valor a nuestra actividad diaria y transmitir la pasión que sentimos por nuestra profesión. Establecer los canales de conversación y unos protocolos de actuación determinados para mantener nuestra voz, nuestras actividades, normas y datos accesibles.
La transparencia no es una herramienta de márketing, debe de ser un “estado” para transmitir quiénes somos y cómo trabajamos realmente; y un canal para conocer a nuestros públicos y poder responder a sus necesidades de la manera más óptima y fiel posible.
Es fácil ser honesto, pero ¿es igual de fácil comunicarlo? La transparencia requiere un esfuerzo, un plan y un seguimiento de los protocolos establecidos para cumplirla.