El pasado 14 de junio, el Colegio de Abogados de Madrid (ICAM) homenajeó a Óscar Melchor Rodríguez, abogado de 50 años que murió en septiembre de 2016, por su entrega al Turno de Oficio desde el año siguiente a su colegiación, como reconoció la decana Sonia Gumpert durante el acto.
El homenaje tuvo lugar en los juzgados de Madrid y tal y como afirmó el juez decano de Plaza de Castilla Antonio Viejo: “es de absoluta justicia que se celebre en estos juzgados para recordar a quien, con esa actividad constante, ha venido enalteciendo la actividad de la Justicia” (Confilegal).
La placa conmemorativa: “Vivir honestamente. No hacer daño a los demás” (Domicio Ulpiano)
También Ulpiano definió la justicia como la voluntad de dar a cada quien lo que le corresponde y esa sigue siendo la constante lucha del Turno de Oficio.
Melchor Rodríguez murió de un infarto mientras ejercía, demostró su compromiso como abogado de oficio y todos los reconocimientos que se le hagan -su figura también estuvo presente durante la celebración de los IX Encuentros de Madrid del ICAM con la concesión de la Medalla de Honor del Colegio- serán pocos para alguien que adoraba su trabajo, volcado con los más desfavorecidos y que nunca dejó el Turno de Oficio, como explica su compañera Ana Fernández en El Confidencial.
Toda reivindicación del Turno de Oficio hecha por el sector es poca para un servicio y unos profesionales que no reciben el reconocimiento que merecen.